Pablo querido,
Tengo puras buenas memorias de ti,
puras imagenes lindas.
No exagero.
Nunca pasé un mal rato contigo.
Nunca fuiste hiriente
ni cruel.
Sé que tuviste momentos de tristeza,
de depresión, de dolor.
Pero nunca trataste de
hacerme daño.
Te doy gracias por todo,
Por tu gentileza, por tu nobleza,
por tu empatia conmigo, por
compartir mis locuras y neurosis
con una sonrisa sagrada.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
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